Corner cuasi periodístico, lanzadera de improperios, galimatías y otros exabruptos trágicos y cómicos que la letra pueda dar y la música consentir , siguiendo la máxima homérica de narrar la HAZAÑA, para el caso, el Trajín Diario.
domingo, 21 de octubre de 2012
El Ocaso de la Agenda 21 Local
El
Ocaso de la Agenda 21 Local,
(Fagocitaciones
de la Crisis) .
Resulta
recurrente y ejemplarizante hacer mención
a la sociedad civil que desde el 15 de Marzo de 2011 está demandando “Democracia Real, Ya”, frente a las putrefactas democracias residentes
y anquilosantes. El principal déficit que ha llevado a estos colectivos
reivindicantes a “echarse a la Plaza”,
amén de la crisis, ha sido y es hacer valer la Participación Ciudadana y por
ende a la Democracia Participativa , a la fecha inoperante y ampliamente
ninguneada por aquellos que, curiosamente, debieran ser sus mayores valedores,
los políticos, si a este déficit inveterado, le sumamos la Insostenibilidad, probada y meridianamente
clara que apareja el modelo económico
neoliberal imperante, depredador
geométrico de los recursos naturales y sociales, hasta el punto de que ya nadie
duda de las consecuencias más perversas, el desmantelamiento de los derechos
sociales y el Cambio Climático. Cobra, entonces, potencia y vigor saber y tener
una herramienta que fomenta la participación y la sostenibilidad desde la
perspectiva local, léase la Agenda 21 Local.
Validar
y reconocer una metodología que sobre el papel planifica, estratégica y
sosteniblemente el futuro de pueblos y ciudades, desde la perspectiva social,
económica, ambiental y cultural, debería ser el objetivo número uno de las
preocupaciones sociales y políticas de este país. Nada
más lejos, la
irrupción de las A21L en las corporaciones locales, en la mayoría de casos por
imposición que no por devoción, ha
supuesto y supone la zozobra de los mecanismos clásicos y encorsetados de participación
ciudadana sostenidos por la mayoría de corporaciones locales caducas. El
enfoque de democracia participativa en este nuestro país, no ha tenido trascendencia
más allá del voto cuatrienal, los mecanismos de participación en el ámbito más
próximo, el municipio, tampoco han espoleado la participación ciudadana,
consecuencia de su absolutismo y falta de transparencia endémica, (“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”)
y que han devenido en su manifiesta ineficacia a la hora de afrontar los problemas
generados por la ansiolítica economía
“libre” de mercado.
Los cambios vertiginosos
que se producen en nuestra sociedad global con una traslación fulgurante al
ámbito local, p.ej. la crisis actual,
exigen de una respuesta lo más inmediata posible, con sus correspondientes
tomas de decisiones, que tendrían una mayor aceptación y predicamento local, si
la ciudadanía expresara sus alternativas
y propuestas. En el sentido que se apunta, los retos de la Agenda 21 Local
contemplan la necesidad de hacer cómplice a la ciudadanía en los procesos de
decisión municipal, así como dotar a la sociedad de mecanismos que aporten voz
y soluciones y con ello prevengan, corrijan o minimicen la aparición de conflictos. La incorporación
de la participación ciudadana como catalizador de acuerdos es, en definitiva,
el principal input de una Agenda 21
Local, sin obviar el modelo de sostenibilidad que propugna, y verificando su
valor transversal de ejercicio activo de la democracia participativa y
sostenible.
El reduccionismo simplista de combatir la Crisis Sistémica actual
utilizando a la austeridad como el bálsamo
de Fierabrás, y a la tijera como su fiel escudero, no sólo está afectando
al deterioro y desmantelamiento del bienestar público, que con tanto sacrificio
se conquistó, sino a algo más
importante, a meter el miedo y resignación al ciudadano al objeto de narcotizarlo,
y bajo esta anestesia “capar” , más que recortar, su derecho más intimo, a la
vez que público, a ser ciudadano libre y a participar activa y democráticamente
de su ciudadanía.
La metafísica más real de la sostenibilidad como proceso es o
debiera de ser la A21L, hasta el punto
que en estos momentos de virulencia crítica para la sociedad y el entorno
natural que nos sustenta, podría ser el elemento vehicular que implicara al
tejido social en la resolución de los conflictos sobrevenidos, los propios y
los ajenos, si bien es cierto que todo
el “papel, literatura y vocerío” que
nos arrojan a diario no han sido capaces de mencionar, ni por asomo, lo que
aquí exponemos.
Por último, un dato cercano que corrobora el ostracismo que está
sufriendo la A21L en el caso manchego,
se han reducido a casi “cero” las
aportaciones que la JCCM dotaba tanto a las contrataciones de los Técnicos
municipales y comarcales de A21L, como a las partidas municipales para el
desarrollo de los Planes de Acción, claro está que las preocupaciones de
nuestros adláteres de la “prima de riesgo”,
no pasan ni por la sostenibilidad, ni por la participación ciudadana, ya que su
elevado grado de estulticia les hacen pensar que están por encima de estas
veleidades “perroflautas” y ecologistas.
¡ Apaga y Vámonos !
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